En este artículo de ABC desvelamos cómo comemos algunos alimentos pesnando que no engordan.
Algunas personas creen que algunos alimentos con fama de saludables no sólo no tienen calorías sino que se pueden consumir en grandes cantidades sin que haya consecuencias para el organismo.
Hablemos de verdades y mentiras relacionadas con las dietas, los alimentos saludables, el adelgazamiento y las calorías. Es cierto que algunos alimentos, gracias a sus propiedades nutricionales, pueden ser saludables, o mejor dicho, pueden aportar nutrientes beneficiosos para el organismo. Pero eso no quiere decir que se puedan consumir a todas horas ni que estén exentos de calorías. Así, como explica la Dra.María Amaro,nutricionista y autora del Método Amaro para el Adelgazamiento, una cosa es que sean saludables o incluso que sean supuestamente ‘light’ (o con menos calorías), y otra cosa bien distinta, es que ayuden a adelgazar.
Una de las falsedades más extendidas que existen en este sentido es la que tiene que ver con los productos ‘light’. Así, la experta explica que para que un alimento sea etiquetado como ‘light‘ basta con que haya reducido en un 30% su número de calorías con respecto del producto que no es ‘light’ (esto quiere decir, según aclara, que conserva un 70% de calorías). Pero lo cierto es que este marchamo funciona como una especie de salvoconducto para algunas personas que, de alguna manera, permite traspasar la frontera de lo prohibido y servirnos una doble ración. La conclusión, según apunta la Dra. Amaro, es fácil de extraer: «Al final acabamos consumiendo más calorías que si hubiéramos comido con moderación el producto en su versión normal», revela.
A esto hay que sumar, además, que algunos productos siguen siendo altamente calóricos pues parte de sus ingredientes son grasas que se usan para darles sabor y textura. Por tanto, nunca una mayonesa o un paté, por ejemplo, por muy light que sean, serán una opción más sana que muchos alimentos que no son ‘light’.
Otro de los mitos populares es el relacionado con algunos alimentos que, por el hecho de contener nutrientes que son interesantes para la salud, ya pasan a formar parte, sin evidencia científica alguna, de la lista de los alimentos que ayudan a adelgazar.
Hacemos un repaso de los siete ejemplos que propone la Dra. Amaro y que suelen generar una mayor confusión en este sentido:
1. Zumos tipo detox
Este tipo de zumos, calificados como tipo detox, se han convertido en los grandes falsos amigos de las dietas en los últimos años. Todos los beneficios que se atribuyen a estos zumos supuestamente desintoxicantes son, en realidad, puntos negativos, ya que al ser líquidos es cierto que nos sentimos más ligeros, pero no son nada saciantes, se elimina la fibra y la velocidad con que los azúcares pasan a la sangre es mayor. Es mucho más saludable tomar la fruta entera, para aprovechar la fibra, evitar los picos de glucosa y sentirnos saciados durante más tiempo.
2. Pan integral
No hay que confundir el hecho de que los panes, arroces, pastas o cereales integrales sean saludables con que sean bajos en calorías, ya que su carga calórica es similar a la de sus homólogos refinados. Esto no significa que no haya que tomarlos, ya que, los integrales ayudan por una parte a regular los niveles de glucosa, ya que evitan las subidas bruscas que provocan las harinas refinadas, y además alimentan a las bacterias beneficiosas de nuestro colon. Aunque no tengan menos calorías que los refinados, es cierto que al aportar una mayor saciedad puede que comamos un poco menos, y esto puede ayudar en el proceso de perder peso. Pero no adelgazan por sí mismos.
3. Aguacate
Si durante un tiempo se creyó que el aguacate era un enemigo de la dieta por su alto contenido en grasas, en los últimos años esta creencia se ha revertido hasta dar lugar a la popularización de este alimento en todo el mundo. Rico en grasas cardiosaludables, el aguacate es tan versátil que, mucha gente lo toma a todas horas y en grandes cantidades, sin ser consciente de que es muy calórico. El aguacate tiene propiedades beneficiosas, pero dada las altas calorías que posee esta fruta, debemos moderar su consumo porque si no engordaremos en vez de perder peso.
4. Aceite de oliva
Hay que tener en cuenta que el aceite de oliva es una de las grasas más recomendables en nuestra dieta. Al igual que ha ocurrido con el aguacate la buena fama del aceite de oliva ha hecho que muchas personas lo consuman en exceso llegando a poder consumir hasta 30 g en una ensalada que creíamos que era baja en calorías. Luego la clave tanto en alimentos como el aguacate y los quesos o el aceite de oliva está en tomarlos con moderación, porque así aprovecharemos sus beneficios, sin que su consumo nos afecte al peso.
5. Tortitas de arroz
En este caso y como pasa con el pan tostado las tortitas de arroz pueden ser el típico tentempié en la oficina que muchas veces se consume sustituyendo a otros alimentos que en realidad son nutricionalmente más interesantes como puede ser una pieza de fruta o un puñado de frutos secos.
En este caso es curioso se da la circunstancia de que muchas personas que creen que el arroz engorda mucho están convencidas, sin embargo, de que las tortitas no engordan. Pero es lo mismo, así que se trata de una cuestión de raciones. Una tortita puede tener 30 calorías, pero si empezamos a consumir 3 o 4 o 5 al día, acabaremos engordando.
6. Las patatas
El consumo de hidratos de carbono genera mucho miedo debido a la desinformación. De hecho, el mito de que las patatas engordan es uno de los más extendidos. Por eso en este sentido tenemos que recordar una vez más, según aclara la Dra. Amaro, que no hay alimentos que engordan o adelgazan por sí mismos.
Pero lo cierto es que en el caso de las patatas lo que si va a propiciar una subida de peso no es el alimento en sí, sino su técnica de elaboración. Así, es lo mismo consumir una patata hervida o al horno, que una patata frita.
La patata, elaborada de forma saludable es importante para la salud porque aporta hidratos de carbono complejos, además de tener un 75% de agua, vitaminas y minerales. Además pueden ser saciantes por lo que serían buenas opciones para incorporar a la alimentación si se desea perder peso.
7. Frutos secos
El consumo de frutos secos genera miedo por su alto contenido calórico, pero en este caso lo que hay que precisar es que lo que debemos cuidar es la cantidad. Muchos estudios demuestran que su consumo en raciones adecuadas (30 o 40 gramos al día, lo que equivale a un puñado, más o menos) puede aportar un factor protector contra la obesidad.
Nutricionalmente son importantes para la salud ya que son saciantes, aportan fibra y contienen ácidos grasos insaturados poliinsaturados, especialmente omega 3.