En este artículo de El Mundo desvelamos los trucos para ganar músculo.
Analizamos el plan de alimentación y ejercicio del actor australiano con la especialista en nutrición María Amaro.
Lo cierto es que Hugh Jackman no necesita mucho para parecer un superhéroe. Él ya lo lleva de serie. Pero, cada vez que le toca meterse en la piel de Lobezno -o Wolverine-, el actor australiano eleva su preparación física al nivel de los dioses del Olimpo.
En una entrevista que acaba de conceder al presentador Chris Wallace en su programa de HBO Max, Jackman ha confesado que, para el rodaje de ‘Deadpool 3’, se sometió a un minucioso plan- en el gimnasio y sobre la mesa- enfocado a potenciar todavía más el amasijo de músculos que compone su imponente anatomía.
¿Cómo lo hizo?
La especialista en nutrición María Amaro nos ayuda a entenderlo, empezando por su dieta. “El actor ha querido dejar bien claro que su portentosa masa muscular se debe a una dieta minuciosamente planificada por un especialista y no al consumo de esteroides, tal y como se le ha acusado”.
O sea, que lo suyo es fruto de la comida y no del dopaje. O mejor dicho, de mucha comida: “Ingería 6.000 caloríasal día -lo ‘normal’ es que un hombre activa consumo un máximo de 3.000-. Pero, tal y como él mismo ha específica, 6.000 calorías de comida saludable, porque solo con zaparnos tres cuartos de pizza familiar ya llegamos a esa cantidad”, puntualiza Amaro.
Esta especialista cuenta que “hacía seis comidas al día, en las que incluía: tilapia con frijoles; salmón con unas patatas especiales y salsa picante salsa picante; dos hamburguesa de pollo con patatas, en este caso dulces; y dos raciones de carne de res. ¡Solo meterse eso ya tenía su trabajo al pobre esto!”.
Y, para rizar el rizo, “debía metérselo entre pecho y espalda durante una ‘ventana’ de ocho horas, ya que practicó el ayuno durante las 16 restantes”.
Es verdad, puntualiza Amaro, que “la tilapia, como todos los pescados que se crían en piscifactorías, tiene mala fama en España, pero tiene un alto porcentaje de proteína de alto valor biológico y, sobre todo, magra. Lo que pasa es que es muy barata”.
Lo contrario del salmón.
“Tomaba salmón de la Patagonia que, además de delicioso, es un pescado azul muy rico en Omega 3 y Omega 6. Por sus propiedades antioxidantes, es un gran aliado para prevenir las enfermedades cardiovasculares a largo plazo, pero, en su caso, lo más interesante es su contenido en triptófano, un extraordinario activador de la serotonina y la melatonina que ayuda a regular el ciclo del sueño. Pero aún hay más, sus proteínas de alto valor y biológico y las grasas ‘buenas’ que aporta le venían fenomenal para lograr esa ganancia muscular. Y todo esto habría que añadir su aporte en minerales -sobre todo, potasio, zinc y fósforo- y vitaminas del grupo B, muy beneficiosas para mejorar el rendimiento intelectual, algo muy importante en el caso de los actores cuando se enfrentan a periodos en los que tienen que memorizar los guiones”.
Igualmente rico en vitamina B6 y hierro- ideal para mantener altos los glóbulos rojos-, así como excelente fuente de proteínas magras, Jackman se puso morado de pollo. “Eso sí, tal y como suelo aconsejar a mis pacientes, evitando siempre la piel, que es donde se acumula la ‘grasa mala”. Y también de buenos solomillos. Todo preparado con una elaboración más sencilla”.
Y, para completar el festival del proteínas, el actor ha confesado que, cada noche, “tenía al lado de su cama un batido para darle un trago si se despertaba y, de esa manera, potenciar la recuperación de su musculatura”.
¿Es buena tanta proteína?
“Lo cierto es que hay mucha controversia al respecto, porque, en teoría, un adulto de su edad, 55 años, debería consumir unos 63 gramos de proteínas al día. Basta con repasar el menú de Hackman para darse cuenta de que sobrepasó por mucho ese valor: 200 gramos de salmón tienen, más o menos, 50 gramos de proteínas; 50 gramos de ternera, unas 23; 200 gramos de tilapia o 40 gramos de pollo… O sea, que triplicó el consumo recomendado. No pasa nada, porque un adulto sano sin patologías previas, como se presume que es él, puede consumir las proteínas que quiera sin que sus riñones se vean afectados por ello. Pero, insisto, ha de ser una persona sana y siempre ha de estar supervisada por un especialista”.
Su ingesta de carbohidratos también estaba medida con la precisión de un reloj suizo. “El actor optaba por hidratos de absorción lenta, como los boniatos, los frijoles, los aguacates o el arroz integral, que solo tomaba los días que le tocaban los entrenamientos más duros y que siempre tomaba antes de las 15 horas”.
¿Por qué el arroz integral y no blanco?
“Porque el integral favorece una absorción más lenta, es más rico en proteínas, calcio y vitamina B, contribuye a una mejor recuperación tras el ejercicio. Al tener un índice glucémico más bajo, lo que nos ayuda a tener unos niveles de azúcar en sangre más equilibrados durante más tiempo y, como consecuencia de ello, una sensación de saciedad más duradera“.
Además de por su elevado aporte en grasas ‘buenas’ y vitaminas, “se recomienda tomar aguacate si se entrena porque es fácilmente digerible y por su alto contenido en potasio (un asunto del que hay que estar muy pendiente debido a la pérdida de electrolitos que se produce al sudar durante la práctica deportiva)”.
¿Por qué tomaba tanto picante?
“Se dice que el picante acelera el metabolismo. No es verdad. Lo que sí hace el picante es que necesitemos más energía para metabolizar ese alimento, ya que nuestras mucosas requieren que produzcamos más jugos gástricos para protegerse en su digestión. Esto quiere decir que si al salmón se le añade picante, nuestro organismo quemará más calorías para digerirlo”.
Por eso, prosigue, “el picante, si no se tiene ningún problema gastrointestinal, hemorroidal o similar, puede ser un buen aliado para potenciar la quema de calorías”.
A esta pedazo de dieta, que solo con planteársela ya agota, “habría que añadir un plan de entrenamiento de baja intensidad con intervalos de alta intensidad con el objetivo de mantener los niveles de grasa corporal y ganar masa muscular“.
Jackman “entrenaba tres horas diarias, combinado cardio y fuerza, con cargas progresivas, aumentando la cantidad de peso que iba levantando en cada sesión”.
Lo dicho, todo muy bestia y sólo apto para superhéroes convenientemente asesorados. “Hugh Jackman tiene un mérito tremendo y, aunque luzca cuerpazo, no debemos caer en la tentación de tratar de imitarle. Todo este enorme sacrificio forma parte de su trabajo; lo hizo para encarnar un personaje. Además de estar vigilado y supervisado en todo momento, contó con todos los medios del mundo para lograrlo. Así que no se nos puede ni pasar por la cabeza tratar de imitarle“, concluye. Más sensatez, imposible.
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