En este artículo de El Mundo investigamos cómo la taurina ralentiza los marcadores de envejecimiento.
Expertos de la Universidad de Columbia han realizado un estudio sobre el suplemento que frena el deterioro celular
La carrera por hallar una forma de ralentizar el envejecimiento tiene una nueva y, al parecer, poderosa aliada: la taurina.
Uno de los aminoácidos semiesenciales más abundantes en el cuerpo humano, después de la glutamina, la taurina, según nos explica la especialista en Nutrición María Amaro y creadora del Método Amaro, “se encuentra en todo nuestro organismo, pero, especialmente, en nuestra masa muscular”.
Pues bien, según se ha podido constatar en una investigación liderada por profesores de la Universidad de Columbia (Estados Unidos) -publicada a principios del mes de junio- y en la que han participado expertos en envejecimiento de todo el mundo, la deficiencia de taurina impulsa el envejecimiento.
La cosa fue así. Tras estudiar la evolución de diferentes tipos de animales, Parminder Singh y sus colegas observaron que la cantidad de taurina en circulación disminuía con la edad. En cambio, al introducir suplementación con este aminoácido, se consiguieron ralentizar marcadores clave del envejecimiento, como el aumento del daño en el ADN, el acortamiento de la telomerasa, el deterioro de la función mitocondrial y la senescencia celular.
Es más, en este mismo estudio no sólo se pudo demostrar que los suplementos de taurina pudieron ralentizar el proceso de envejecimiento en gusanos, monos y ratones, sino que estos últimos experimentaron un aumento de hasta un 12% de esa longevidad saludable y de calidad con la que todos soñamos. “No solo descubrimos que los animales vivían más tiempo, sino también que lo hacían de una forma más saludable”, ha declarado los autores de esta investigación.
Que la taurina obró auténticos milagros en las especies objeto de estudio en este informe parece que está más que demostrado. Sin embargo, Singh y su equipo han advertido de que, para evaluar si su deficiencia también es un factor que impulsa el envejecimiento en los seres humanos, se requieren ensayos específicos en los que se suministre suplementación de este aminoácido de forma controlada y durante un plazo de tiempo prolongado para medir su impacto sobre la esperanza y calidad de vida.
¿Qué es la taurina?
Presente de forma natural en algunos alimentos de consumo habitual, como la carne, el pescado, los lácteos y las legumbres, la taurina forma parte del diccionario básico de los deportistas por su múltiples propiedades. “La taurina es un potente antioxidante que ayuda a combatir los radicales libres y el estrés oxidativo del organismo. Apoya la función contráctil muscular, reduce la aparición de calambres musculares y favorece la recuperación del ejercicio, entre otros beneficios”, explica María Amaro.
La principal ventaja de la taurina es que “nos ayuda a optimizar nuestro rendimiento deportivo“. Por un lado, prosigue Amaro, “mejora la transmisión del impulso nervioso, favoreciendo la capacidad de respuesta a nivel muscular frente a los estímulos”. Por otro, “juega un papel fundamental a la hora de proteger a los músculos en la ejecución de rutinas o picos de alta intensidad y aumenta la quema de grasa durante el ejercicio”.
Su papel es tan importante durante como tras la actividad física. “Participa en los procesos de detoxificación del organismo, favoreciendo la regeneración de los músculos y la eliminación de los residuos formados durante la práctica deportiva”.
Además de sus beneficios a nivel muscular, la taurina también “contribuye al correcto funcionamiento del corazón, reduce la presión sanguínea y mejora el desempeño de nuestro sistema digestivo”. Gracias a su poder antioxidante, “se opone a la acción de los radicales libres, reforzando el sistema inmunológico y protegiéndonos frente a virus y bacterias”.