Analizamos la berberina, alternativa natural a Ozempic (y sin efecto rebote)

por María Amaro
Suplemento alimenticio

En este artículo de El Mundo analizamos este suplemento, cuyas ventas se han disparado gracias a las redes sociales.

Al ser un complemento alimenticio se vende sin receta médica, pero, ojo que ‘tomarse una pastillita’ por nuestra cuenta tiene su letra pequeña

Se dice que la berberina es la alternativa natural y sin efectos secundarios a Ozempic (el deporte y la alimentación saludable también lo son, pero, por lo visto, no ‘venden’ tanto).

El altavoz de las redes sociales, especialmente TikTok, ha propiciado que “sus ventas hayan aumentado en un 165% en el segundo trimestre de 2023 respecto al mismo periodo de 2022″, tal y como revela la Dra. María Amaro, especialista en nutrición y creadora del Método Amaro.

Sin embargo, aunque los ‘influencers’ del siglo XXI la hayan puesto ahora de moda, “la berberina no es un producto nuevo, sino un ‘remedio’ utilizado por la medicina tradicional china y ayurvédica desde hace siglos para tratar problemas como trastornos digestivos y afecciones inflamatorias”, cuenta Amaro. Se trata, prosigue, “de un compuesto de color amarillo brillante derivado de varias plantas, entre ellas el agracejo europeo, un arbusto de bayas ácidas, y el sello de oro, una planta herbácea perenne de raíz gruesa y espinosa”.

A la berberina se le atribuyen propiedades medicinales que “nos ayudan a reducir el azúcar en sangre o a mantener a raya el colesterol y controlar el nivel de los triglicéridos”. Su uso también estaría indicado “para la diabetes, el síndrome metabólico y como protector ante enfermedades cardiovasculares”.

Amaro señala, además, su valor como aliado en los programas de pérdida de peso. “Promueve la reducción del peso corporal; aumenta la capacidad del organismo para quemar grasa y puede ser útil en dietas de adelgazamiento”. Al ayudarnos a perder peso, “la berberina también ha acreditado tener unos buenos resultados en la reducción del colesterol total. Es más, reduce el ‘malo’ y aumenta el ‘bueno’ contribuyendo, de este modo, a la prevención de enfermedades cardiovasculares, como la arteriosclerosis, el infarto o el derrame cerebral”.

Aún hay más. “Por su potente efecto antiinflamatorio, ayudaría a proteger nuestro cerebro frente a pérdidas de memoria y a cuidar nuestras neuronas, tanto de forma preventiva como reparadora”.

Pero lo verdaderamente valioso de la berberina sería el papel que desempeña en la regulación de nuestra flora intestinal: “La berberina lo que realmente tiene es un efecto antimicrobiano. Actúa en el intestino inhibiendo la proliferación de bacterias perjudiciales para el organismo y favoreciendo la multiplicación de las beneficiosas. De este modo, mejora el tránsito intestinal, aumentando su protección y produciendo sustancias que ayudan a regular la glucemia en sangre”.

Incidiría, también, sobre “el control de la presión arterial, porque tiene un efecto relajante sobre los vasos sanguíneos, y sobre las arterias, y esto hace que también resulte valiosa en el tratamiento de la hipertensión arterial”.

Hasta aquí, la parte bonita de la historia

Como dice la especialista, “hasta aquí, la parte bonita de la historia”. Las posibles complicaciones surgen, aunque pueda parecer extraño, de su categorización dentro del grupo de los complementos alimenticios naturales. “Un fármaco, para comercializarse para su uso humano, ha de pasar obligatoriamente una serie de controles y estudios muy estrictos. En cambio no existe este proceso obligatorio cumplimiento en el desarrollo y la aprobación en el caso de los complementos”.

Un complemento alimenticio, advierte Amaro “sólo se prohíbe cuando se ha vendido y existen pruebas de que es perjudicial, a diferencia de un medicamento que, para que salga a la venta, primero ha de someterse a investigaciones que certifiquen que no supone riesgos para la salud”. Por lo tanto, a su juicio, “el riesgo fundamental de consumir berberina es que su ingesta no esté supervisada por un médico”. En este sentido, aclara que “el peligro no está en consumirlo y no sea eficaz, sino en que su uso no sea adecuado para esa persona o en esa dosis“.

Al no tratarse de un fármaco, subraya Amaro, “no sólo se vende sin receta, sino que no se dispone de información certificada y fácil de encontrar de qué es este suplemento, cuáles son sus efectos secundarios reales, quién lo puede tomar y cuáles son las dosis recomendadas según las necesidades individuales de cada persona”.

La berberina, prosigue, “puede ser tan beneficiosa como un medicamento, pero también tan fuerte como uno de ellos”. Y aquí viene otro de los grandes problemas que puede suponer su consumo. “La gente contempla los suplementos como algo que añade a su dieta de manera benigna e inocua sin pararse a pensar en los efectos secundarios que puede tener ‘esa pastillita’ que toma todos los días a la hora de comer”.

Efectos secundarios como los que nos detalla María Amaro. “La berberina altera las enzimas de nuestro organismo, porque descompone otros medicamentos. Todo esto puede producir reacciones peligrosas de las que, obviamente, no se habla en TikTok ni en otras redes sociales”.

Esta nutricionista recalca que “el hecho de que la berberina produzca resistencia a los antibióticos debería preocuparnos. Es más, yo diría que nos debería asustar la idea de consumir a la ligera extractos de hierbas específicas cuyos efectos son tan potentes como los de un medicamento farmacéutico”.

Por eso, María Amaro hace hincapié en la importancia de “contar siempre con la supervisión de un especialista antes de tomar cualquier ‘pastillita’ por muy natural e inocua que pueda parecernos”.

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