En este artículo publicado en EL MUNDO hablamos de los bulos sobre alimentos y crecimiento del pecho.
¿Las hamburguesas hacen que me crezcan los pechos?
“Las hamburguesas vegetarianas hacen que le crezcan los pechos a los hombres“, aseguraba el bulo que señalaba directamente al nuevo plato incluido por una de las más famosas cadenas de comida rápida del mundo como nueva alternativa healthy.
El propagador de esa teoría fue James Stangle, un veterinario de Dakota del Sur que sostenía que la altas concentraciones de isoflavonas de la soja podrían provocar en los hombres alteraciones hormonales. Eso sí, para que se experimentara ese crecimiento mamario había que consumir un mínimo de cuatro hamburguesas vegatarianas al día (algo bastante improbable, por cierto).
“Ni las hamburguesas vegetarianas, ni tampoco el aguacate, el perejil, los frutos secos, los cereales integrales o las verduras de hojas verde (como he podido leer por ahí), ni ningún otro alimento puede cambiar, por sí solo, el tamaño, el volumen, ni la turgencia de los senos. Una buena alimentación (rica en proteínas de calidad que nutran al músculo) puede influir, pero lo verdaderamente determinante es: la genética, el deporte, haber tenido hijos y, como no, la gravedad que es la misma para todo el mundo”, asegura María Amaro, experta en nutrición de Clínica Feel Good (Madrid).
¿Pollo hormonado? Efectos secundarios
Otro tema sería el del pollo: “Supuestamente, recibe hormonas de crecimiento y/o electrógenos para acelerar su desarrollo y, de ese modo, se logra de forma extremadamente rápida un peso elevado, muy conveniente para la industria alimentaria en cuestión económica y de productividad. Estas hormonas inyectadas serían las responsables de la aparición de la pubertad precoz en niñas, del aumento del riesgo de cáncer de mama y de próstata y de la aparición de rasgos de desarrollo femeninos en adolescentes varones“, asegura la experta.
No obstante, Amaro aclara que “en España, al menos, el uso de hormonas en animales es ilegal. La Resolución 447/2004 de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentos prohíbe el uso de productos veterinarios anabolizantes en animales para el consumo humano. Por lo tanto, el pollo que compramos en el supermercado no puede contener hormonas, ni masculinas ni femeninas”.
Además, añade, “la administración de hormonas al pollo no tendría ningún efecto beneficioso, ya que es fisiológicamente imposible que se pudiera observar una respuesta promoción o estimulación del crecimiento) a la aplicación de hormonas en los 50 días de media que dura su crecimiento”.
Entonces, ¿qué base tienen estos rumores? “En la mayor parte de los casos, sea el alimento que sea el que se proponga para ese prodigioso efecto de aumento de los senos, las explicaciones que se ofrecen se centran en: la riqueza en aminoácidos del alimento; su contenido en algunos fitonutrientes, como flavonoides; o su aporte en vitaminas y minerales”.
En conclusión: ninguna hamburguesa hará que te crezcan los senos; seas hombre o seas mujer. Otro tema es la cantidad y calidad de calorías que te estás metiendo al cuerpo.