¿Por qué sentimos tanto placer cuando el chocolate se derrite en nuestra boca?

por María Amaro

 

En este artículo publicado en EL MUNDO hablamos de por qué es placentero el chocolate y de los beneficios de comerlo.

Según han podido comprobar científicos de la Universidad de Leeds, el secreto de este viaje sensorial radica en la forma en la que se ‘lubrica’ el chocolate en nuestra boca, ya sea por sus propios ingredientes, por la saliva o por la combinación de ambos.

Científicos de la Universidad de Leeds (Reino Unidos) acaban de investigar el proceso físico que tiene lugar en nuestra boca durante ese momentazo mágico en el que un trozo de chocolate se derrite hasta convertirse en una suave emulsión que desencadena una irrefrenable tormenta de placer en nuestro organismo.

Según han podido comprobar, el secreto de este viaje sensorial radica en la forma en la que se ‘lubrica’ el chocolate en nuestra boca, ya sea por sus propios ingredientes, por la saliva o por la combinación de ambos.

Al parecer, la grasa -la de la manteca de cacao– desempeña una función clave desde el preciso momento en el que el chocolate entra en contacto con la lengua. Después de eso, las partículas sólidas de cacao se libera, ganando importancia en términos de sensación táctil. Todo esto los ha llevado a pensar, a los autores del estudio, que la grasa más profunda juega un papel bastante limitado, por lo que podría reducirse sin que se produzca un impacto en la sensación que produce el chocolate. Un dato que les viene fenomenal, porque el objetivo de esta investigación es, precisamente, el desarrollo de una nueva generación de chocolates de lujo que tengan la misma textura y generen las mismas sensaciones, pero que sean más saludables.

“El chocolate lo que tiene es manteca de cacao que, cuando se pone en contacto con nuestra lengua y nuestro paladar, se derrite, convirtiéndose en un líquido aceitoso y proporcionando esa maravillosa sensación de placer. Este proceso se conoce como ‘fat bloom’ o ‘florecimiento de la grasa’“, explica María Amaro, especialista en Nutrición.

Es más, prosigue, “la composición de la grasa del chocolate hace que, en su estado sólido, tenga unas formas cristalinas que se funden a diferentes temperaturas. Sin embargo, el paladar permite que se derrita de una manera uniforme en nuestra boca”.

¿Por qué sentimos placer cuando se derrite el chocolate en la boca? “Porque, al hacerlo, estimula el sistema nervioso central y los músculos cardíacos. El chocolate contiene teobromina, una sustancia muy semejante a la cafeína que, al estimular la serotonina -hormona del buen humor- nos brinda una inmensa sensación de bienestar. De ahí, que al chocolate se le señale popularmente como el sustituto del sexo”.

El chocolate negro es el que nos proporciona una sensación más intensa de placer. “Contiene triptófano que incide directamente sobre la serotonina y ésta ayuda a neutralizar el estrés. Por eso, es el que recomiendo siempre cuando la gente se pone a dieta para contrarrestar ese malestar que supone”.

Actúa directamente sobre el sistema nervioso central, debido a sus propiedades estimulantes y euforizante. “Por eso, cuando las mujeres nos sentimos mal o decaídas en los días previos a tener la regla, el cuerpo nos pide chocolate. Es algo real, no es un mito. Tenemos la serotonina baja, nos sentimos más bajas de ánimo y el chocolate nos produce ese subidón que necesitamos”.

En este sentido, nos recuerda que “si se nos antoja algo de verdad, es porque nuestro cuerpo lo necesita y nos lo está pidiendo. Si nos pide chocolate, y no somos especialmente golosos o chocolateros, es porque, a lo mejor, nos hace falta magnesio, cromo, vitaminas del grupo b, incluso, ácidos grasos omega 3 y, seguramente, nos encontremos más cansados o faltos de energía”.

Esta especialista aboga “por incluirlo en nuestra dieta habitual” por sus múltiples beneficios. “No solo mejora la función cerebral, aumentando el flujo sanguíneo y está demostrado que ayuda a prevenir enfermedades como el Alzheimer”.

Tiene, además, “un alto contenido en flavonoides, lo que lo convierte en un alimento con grandes propiedades antioxidantes, que mejora el rendimiento cognitivo, disminuye el riesgo de demencia y favorece la concentración”.

Eso sí, “debido a la fenilalanina, tiramina y cafeína que contiene, puede desencadenar dolores de cabeza en personas con propensión a sufrirlos”.

Tomar chocolate de forma habitual puede resultar beneficioso, “siempre que sea el negro puro“. E, incluso, “se puede llegar a tomar hasta unos 30 gramos al día“.

¿Es bueno tomarse una onza de chocolate antes de irse a dormir? “Sí, pero solo una. Porque el chocolate no es fácil de digerir y, si nos pasamos, tendremos dificultades para dormir. ¡Mi consejo? Una onza por la mañana y otra, antes de acostarnos”.

¿Cuál es el porcentaje de cacao más saludable? “Se suele decir que a partir del 85% de cacao, pero a mí me parece que ese porcentaje es demasiado alto y puede producir dolores de cabeza y ardor de estómago. Por eso, mi recomendación es desde el 70%, con el que ya se cumplirían todas las propiedades enumeradas anteriormente”. También hay que tener en cuenta que, prosigue, “cuánto más alto sea el porcentaje cacao, menos azúcar tendrá”.

El blanco, advierte “es manteca, el que tiene más azúcar y, por lo tanto, el que deberíamos de tomar solo de manera puntual para darnos un capricho”.

En el mercado hay mil chocolates, pero, para saber cuál es el más saludable, “basta con leer con atención las etiquetas para comprobar que tenga un porcentaje alto de cacao (de 70% para arriba); que los niveles de azúcar sean bajos (tampoco es necesario que no tenga nada); si lleva algún tipo de edulcorante y de qué tipo; y que no tenga demasiada manteca de cacao”. Tomemos nota y… ¡que levante la mano quien haya conseguido llegar hasta el final de este texto sin tomarse un trozo de chocolate!

…visitar el diario EL MUNDO…

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