¿Influye la alimentación sobre el sueño?

por María Amaro

Indudablemente, sí. Existe una relación directa entre los hábitos alimenticios y la vigilia, que se ve reflejada en determinados trastornos del sueño.

Es sabido, además, que un sueño reparador es muy positivo para la dieta por los efectos de la dieta combinados con el ejercicio físico y una correcta hidratación. Pero, ¿cómo afecta la alimentación al sueño?

Mientras dormimos nuestro cuerpo segrega hormonas como las del crecimiento, prolactina, testosterona o melatonina. También neurotransmisores, en especial la serotonina. Todas estas sustancias regulan el sueño y existen alimentos que, dada su composición nutritiva y cantidad ingerida, repercuten sobre el sistema nervioso actuando directamente en el sueño. Alimentos que contengan nutrientes que incrementan la síntesis de dopamina, adrenalina y noradrenalina nos impiden conciliar el sueño. Por otro lado, los que provocan que los reguladores hagan acto de presencia por la melatonina o serotonina nos ayudan a relajarnos y a poder conciliar mejor el sueño.

Los malos hábitos alimenticios son los causantes de la mayoría de casos de trastornos del sueño. Hábitos poco saludables como el exceso de ingesta de alimentos ricos en grasas trans y azúcares o la falta de consumo de alimentos que aporten vitaminas y minerales.

Podemos establecer una relación entre trastornos del sueño con los siguientes problemas:

– Tener poco tiempo para comer supone estrés y ansiedad para llegar a tiempo. La tensión acumulada durante el día tampoco ayuda. Comer a cualquier hora y cualquier cosa, la mayoría platos precocinados, no siempre es la opción más saludable. El desorden de horarios afecta al sueño y a la salud.

– Las comidas copiosas, especialmente las cenas, ricas en proteínas y grasas pueden provocar acidez estomacal que se agrava si incluimos alcohol o café. Un exceso de proteínas ayuda a una síntesis de serotonina en el cerebro y se incrementa la producción de adrenalina, algo que favorece el estado de alerta en el organismo y las complicaciones para poder conciliar el sueño de forma rápida y efectiva. Por no hablar de las pesadas digestiones nocturnas, con reflujos y náuseas en ocasiones.

– Las comidas con exceso de especias pueden elevar la temperatura del cuerpo debido a ciertos aditivos, lo que complica también el poder conciliar el sueño.

– Los cafés, refrescos excitantes, tienen una repercusión directa a la hora de poder dormir. Quizá de forma puntual no, pero si se consume de forma contínua o habitual puede conducir a estados de nerviosismo y dificultades para conciliar el sueño.

Como veis, la alimentación tiene una relación directa con el descanso. Por eso debemos cuidar nuestros hábitos y tratar en la medida de lo posible acostarnos siempre a la misma hora, de irnos a la cama con sensación de saciedad pero nunca con hambre o justo después de cenar, el ejercicio físico es necesario para llegar con el cuerpo necesitado de descanso y sueño al final del día, evita los dispositivos electrónicos cuando te acuestes, no tomes bebidas estimulantes antes de ir a dormir y procura levantarte siempre a una hora similar.

Con todo esto, seguro que descansarás de forma efectiva y tu alimentación ayudará a que concilies mejor.

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