¿Has oído hablar alguna vez de las alas de murciélago?
Quizá no te
suene haberlo hecho relacionado con tu cuerpo, lo que sí es seguro es
que, sobre todo a cierta edad, hayas notado que tus brazos están
flácidos. Con alas de murciélago, nos estamos refiriendo al aspecto que
muestran nuestros brazos cuando empiezan a perder elasticidad y se
quedan flácidos, e incluso más gruesos de lo que en realidad están.
Entre las causas más comunes y que más propician este aspecto encontramos:
- Vida sedentaria: Cuando pasamos mucho tiempo sentados estamos expuestos a que nuestros brazos adopten una textura con más flacidez.
- Sobrepeso: Si poseemos unos kilos de más, la grasa sobrante de nuestro cuerpo va a hacer que la piel se estire con facilidad.
- Falta de tono muscular: Cuando el tejido se reblandece pierde el tono muscular, esto va a suceder a largo plazo, pero ¡hay que ser precavidos y actuar haciendo ejercicio!
- Los años: Con el paso de los años las células responsables de mantener nuestra piel firme se van perdiendo y esto también ayuda a esa pérdida de elasticidad.
- Subida y bajada de peso de manera brusca: Cuando perdemos o cogemos mucho peso de manera brusca (como puede ser un embarazo o una dieta agresiva) los brazos también sufren sus consecuencias.
Una alimentación sana y equilibrada y una
rutina de ejercicios nos ayudarán a mantener unos brazos perfectos.
Además, la mesoterapia es muy efectiva para minimizar estas alas de
murciélago.
Rutina de ejercicios:
- Túmbate en el suelo boca arriba con las rodillas dobladas y las plantas de los pies sobre la superficie. Coge una pesa en cada mano y extiende los brazos por encima de la cabeza. Luego dobla los brazos, baja las pesas con cuidado por detrás de la cabeza hasta la frente.
- Otro de los ejercicios clave para mejorar y tonificar los brazos son las flexiones. Para realizar este ejercicio correctamente, debes tener la espalda recta, y bajar lentamente hasta que los codos formen un ángulo de 90 grados.
- Ponte de pie e inclina el cuerpo a 90 grados de manera que la espalda quede paralela al suelo. A continuación hay que levantar los codos doblados más arriba que la espalda. Extiende los brazos hacia atrás sin bajar los codos. A esta actividad se le llama ejercicio de esquiar.
- Saltar a la cuerda es un ejercicio de lo más tradicional y sencillo para tonificar los brazos. Además, todo el cuerpo se beneficiará con unos buenos saltos.