Educar a nuestros hijos en una buena alimentación es imprescindible para que en su edad adulta mantengan unos hábitos saludables.
Todos los niños deben seguir una alimentación variada que incluya todos los grupos de alimentos y en cantidades adaptadas a su edad.
Desde pequeñitos debemos habituarles a que hagan cinco comidas diarias y potenciar el consumo de frutas y verduras priorizando el pescado y las legumbres a la carne así como introducir las féculas como parte de la dieta.
Qué es básico en la alimentación de un niño
El día a día de un niño debe comenzar con un buen desayuno (está demostrado que los niños que no desayunan bien rinden menos en sus tareas escolares). Este desayuno debe incluir:
- Un lácteo (leche, yogurt o queso)
- Fruta (aquellas que más apetecibles le resulten al niño). La fruta se puede tomar entera o en zumo pero en este último caso, mejor que sea natural dado que los zumos envasados contienen alto contenido en azúcares.
- Cereales: bien sea en formato galletas o pan
- Como ya hemos mencionado, es importante que realicen cinco comidas al día, tanto a media mañana como a media tarde, especialmente si realizan actividades extraescolares que requieran esfuerzo físico. Estos tentempiés pueden ser fruta, lácteos, cereales o incluso algún bocadillo (eligiendo siempre los alimentos más saludables y evitando las grasas).
- Recordar también que debemos evitar la bollería y productos procesados. Estos últimos suelen ser un recurso rápido para los padres pero son causa importante en los niveles de obesidad infantil que tenemos en estos momentos en nuestro país. Según un estudio del Instituto Nacional de Estadística (INE), en España, el 18, 67% de los niños sufren sobrepeso y el 8,94% son obesos.
Como en los adultos, también en los niños debemos aplicar el refrán “comer como un rey y cenar como un mendigo”. La cena debe ser más ligera que la comida dado que son alimentos que ya no tendrán tiempo de quemar y pueden inducir a la obesidad del niño.
Consejos para educar al niño en una buena alimentación:
- Nunca utilizar la comida como un castigo.
- Hagámosles partícipes de la elaboración de la comida, desde ir a la compra hasta preparar los alimentos que vayamos a ingerir.
- Debemos promover la idea de que una dieta saludable significa cuidarse por dentro, y todo lo que comemos se refleja en nuestro exterior. Hay que cuidarse por dentro y por fuera.
- Hacerles ver que si se alimentan bien, se sentirán bien. Rendirán mejor en sus actividades escolares y extraescolares y mejoraremos su autoestima.
- Intentar siempre comer en familia (aunque sea durante la cena o los fines de semana).
- Habituarles a comer de todo de manera natural. Nunca elaborar platos específicos para ellos porque pensamos que el primer plato no será de su agrado. Es cuestión de que se vayan habituando a los sabores y poco a poco lo irán logrando.
- Si algo no le gusta, buscar alternativas de preparación o presentación. Esto último en los más pequeños funciona muy bien.
El ejercicio: Solo moviendo nuestro cuerpo se crece de manera saludable
Tan importante como llevar una dieta saludable para el correcto desarrollo del niño es inculcarles la práctica de actividad física.
En función del sexo, edad y preferencias del niño practicará un deporte u otro pero es imprescindible que realice ejercicio físico de manera continuada durante todo su desarrollo. Si es posible deberíamos decantarnos por deportes de equipo que potenciarán además sus relaciones sociales y valores personales.
Y por último, y no menos importante, restringir a menos de una hora diaria la TV, ordenador o videoconsolas que invitan al sedentarismo y contribuyen de manera exponencial a la obesidad, el aislamiento social así como al rendimiento escolar.
Es tarea de los adultos inculcar una alimentación saludable en los más pequeños tanto para su desarrollo físico como cognitivo además de que para que en el futuro sean adultos sanos. Los niños harán lo que vean en su casa, así que seamos su ejemplo.
Dra. Amaro.