La autoestima es el conjunto de percepciones, pensamientos,
evaluaciones, sentimientos y tendencias de comportamientos dirigidas
hacia nosotros mismos, hacia nuestra manera de ser y de comportarnos, y
hacia los rasgos de nuestro cuerpo y nuestro carácter. La autoestima es
la percepción evaluativa de nosotros mismos.
La
importancia de la autoestima estriba en que concierne a nuestro ser, a
nuestra manera de ser y al sentido de nuestra valía personal. Por lo
tanto, puede afectar a nuestra manera de estar y actuar en el mundo y de
relacionarnos con los demás.
Todos tenemos una imagen
mental de quiénes somos, qué aspecto tenemos, en qué somos buenos y
cuáles son nuestros puntos débiles. Nos formamos esa imagen a lo largo
del tiempo, empezando en nuestra infancia. El término autoimagen se
utiliza para referirse a la imagen mental que una persona tiene de sí
misma. Gran parte de nuestra autoimagen se basa en nuestras
interacciones con otras personas y nuestras experiencias vitales. Esta
imagen mental (nuestra autoimagen) contribuye a nuestra autoestima.
Durante la adolescencia es un pilar esencial para un desarrollo
psicosocial adecuado.
¿POR QUE ES TAN IMPORTANTE UNA BUENA AUTOESTIMA EN EL ADOLESCENTE? El niño a lo largo de la infancia va recibiendo estímulos que poco a poco va interiorizando de manera constante. La adolescencia es una etapa de contínuos cambios que le transmiten inseguridad y le hacen sentir que no se conoce. Además es una etapa en donde la presión por parte de la sociedad por conseguir un aspecto bello y saludable cada vez es más intensa. El adolescente está plenamente convencido de que su aspecto físico es fundamental para conseguir su felicidad, considera que para alcanzar sus objetivos debe ser aceptado por su entorno y en esto también incluye su aspecto. La comparación de su imagen con la de otros semejantes, cómo les gustaría ser, cómo se perciben en realidad, el ideal del peso que les gustaría tener provocan tal sufrimiento psicológico que en algunos casos les hace enfermar. Es inevitable que el adolescente se preocupe en exceso por su aspecto físico, estamos en una época de total cambio físico y emocional, así que podemos utilizarlo como un aliciente adicional para guiarle hacia una vida más sana. |
Este
es el mejor momento para reforzar los hábitos de vida saludables, la
dieta equilibrada y la práctica de ejercicio moderado de forma
cotidiana. Si los adolescentes se sienten bien con su cuerpo, afrontaran estos años con más recursos para defenderse y lograr una mejor estima personal. Los padres deben ver esta etapa como algo transitorio y normal y contribuir a interesarse por sus nuevas preocupaciones con el objetivo de conseguir una autoestima sana que le ayude a vivir de forma plena. Está demostrado que las personas con buena autoestima rinden mejor en los estudios, en el trabajo y tienen menos dificultades para tener relaciones sociales; en definitiva sacan lo mejor de sí mismos y se aceptan tal y como son. Este largo proceso se inicia en la adolescencia terminándose en la edad adulta, aunque no siempre se consigue el objetivo, de ahí la importancia de hacerlo bien desde el comienzo. Una persona con baja autoestima suele ser alguien inseguro, que desconfía de sus propias facultades y no quiere tomar decisiones por miedo a equivocarse. Además, necesita de la aprobación de los demás pues tiene muchos complejos. Suele tener una imagen distorsionada de si misma, tanto a lo que se refiere a rasgos físicos como de su valía personal o carácter. Todo esto le produce un sentimiento de inferioridad y timidez a la hora de relacionarse con otras personas. Le cuesta hacer amigos nuevos y está pendiente del qué dirán o pensarán sobre él, pues tiene un miedo excesivo al rechazo, a ser juzgado mal y a ser abandonado. La dependencia afectiva que posee es resultado de su necesidad de aprobación, ya que no se quiere lo suficiente como para valorarse positivamente. |

Otro problema añadido es la inhibición de la expresión de los sentimientos por miedo a no ser correspondidos. Se siente deprimido ante cualquier pequeña frustración, se hunde cuando fracasa en sus empeños y esto hace que evite iniciar proyectos o los abandone a la primera dificultad importante o pequeño fracaso.
Una persona con una autoestima óptima, en cambio, tiene las siguientes cualidades:
- Tiene una visión de si mismo y de sus capacidades realista y positiva.
- No necesita de la probación de los demás.
- Muestra sus sentimientos y emociones con libertad.
- Afronta los nuevos retos con optimismo
- Se comunica con facilidad.
- Aprende de sus fracasos y sabe aceptar las frustraciones.
Luego
dado que es un proceso que se inicia en la adolescencia pero que
condicionará el resto de su futuro es muy importante poner mucha
atención a estos cambios que sufren los adolescentes, ayudarles, saber
que las figuras de referencia moral para el adolescente, es su familia, y
que deben interesarse por todos estos temas antes de la adolescencia.
Hablar de sus virtudes físicas de una forma constructiva hará que el
adolescente esté preparado para la enorme presión social a la que va a
ser sometido. Es inevitable que el adolescente se preocupe en exceso por
su aspecto físico, así que podemos utilizarlo como un aliciente
adicional para guiarle hacia una vida más sana. Si los adolescentes se
sienten bien con su cuerpo, afrontaran estos años con más recursos para
defenderse y lograr una mejor estima personal.